Retomamos los blogs mastrukianos, donde os hablamos de temas relacionados con nuestras aficiones peliculeras, roleras, comiqueras, jugonas y otras referencias que han servido de inspiración para crear Mastruko Legends.
En esta ocasión os hablaré de un juego especial para muchos veteranos del mundo videojueguil (lo siento, me niego a usar el término gamer): Alex Kidd in Miracle World, de Master System, de Sega. Como ya hay mucho video sobre la historia del personaje y sus juegos, me centraré sólo en la experiencia que vivimos en su momento con este juego en particular. Por cierto, si miráis alguno de los videos o buscáis por ahí «Alex Kidd Dragon Ball», veréis que en un principio el juego que nos ocupa iba a ser de Dragon Ball, en el que se narraban los primeros compases de la serie. Algunos detalles quedaron en el juego, incluida la vestimenta de Alex Kidd, que tiene un aire a la de Goku, y el saber artes marciales. Y el villano principal se parece a Pilaf.
El juego estaba instalado en la memoria de la Master System II, primera consola que tuvimos en casa. Así que sí o sí había que darle caña al asunto. El juego es un plataformas de acción. En muchas pantallas —nosotros decíamos «pantalla» a cada fase del juego— luchabas contra un boss, ya fuese a puñetazo limpio —con objetos como el anillo de puñetazo lejano o el clonador de mini Alex, entre otros chismes— o jugando a piedra-papel-tijera. Este último juego era la base de los villanos del juego. Janken, el que se parece a Pilaf, tenía como subordinados a unos tipos con las formas de piedra, papel y tijera. Mira una de las portadas clásicas del juego:
También había fases en moto, monocóptero o lancha y alguna de buceo con su propia jugabilidad, y una buena variedad de escenarios: montañas, bosques, volcanes, castillos, etc. Pensándolo bien, para ser un juego de hace más de treinta años era bien completito. Mira, en el volcán aparecía un bicho que llamábamos el caraculo. Mirándolo bien no lo es, pero mirándolo de soslayo, es un culo con ojos y brazos.
El control era tosco, normal en la época, y eso le daba un plus de dificultad. Además, de un toque te mataban, y las vidas y continues eran limitadas, como los juegos de la época. Por lo que sé, no todo el mundo fue capaz de terminarse el juego. Nosotros sí, pero sudando sangre.
El rollo medio naif del juego, sus artes marciales, sus enemigos y la dificultad, sumado a que era de los pocos juegos que teníamos antes de la irrupción de Megadrive, lo convirtió para nosotros, y creo que para más de uno y de dos, en un juego de culto al que le tenemos mucho cariño. Nosotros le hemos hecho un homenaje en ML, pero para ver eso falta mucho todavía.
En 2020 una compañía española hizo un remake del juego. Lo he probado y creo que mantiene la esencia del juego original. A ver si tengo tiempo y vuelvo a pasearme por Miracle World.
¡Sganda Praleña!