En este blog vamos a contar la anécdota del origen de la palabra Mastruko. Todo empezó con un error que luego tomó forma en nuestras mentes de serie B.
Un día cualquiera de los 90, Mcneil y el viejo Ryumah estaban echándose unos vicios al Street Fighter II Plus: Champion Edition de Megadrive. Y ya que estamos, vamos a contar algo del mundillo de la época cartuchera de los videojuegos, brevemente.
Para quien no lo sepa por edad o porque no lo jugó en su día, SF II tuvo tropecientas versiones. En la primera versión podías manejar a ocho luchadores excepto a los cuatro grandes villanos, Balrog, Vega, Sagat y Bison. Luego sacaron otra versión con gráficos y mecánicas mejoradas, y además podías jugar con los cuatro villanos, la Champion Edition.
Después, el mismo año, con más mejoras, lanzaron Turbo: Hyper Fighting. Y al año siguiente sacaron otra con nuevos luchadores, la The New Challengers. Y hubo más versiones aún. Como en aquella época no existían los DLC o parches que arreglaran o mejoraran aspectos del juego, se hacían versiones, con lo cual los más fans compraban el juego íntegro otra vez. Cosas de aquellos tiempos. Ahora hay que pagar por un solo personaje nuevo, las season pass y todo ese rollo, cosa que desde aquí no nos convence demasiado, porque al final te dejas un pastizal en un juego que de por sí es caro. Cosas de estos tiempos.
Lo dicho, Mcneil y Ryumah estaban disputando un Guile vs Bison. Mcneil nos lo cuenta:
«Era una partida Guile vs Bison. Ryumah me hizo un combo que te cagas. No recuerdo qué personaje llevaba quién, pero le dije: “¿Cómo lo has hecho?” Y él, solemne —y medio taja que íbamos— me dijo: “Es el viejo más truco.” Entonces nos descojonamos y empecé a hacer el tonto diciéndolo y él también…»
Mcneil te lo explica
El juego de rol del Maestro Tibetano del que ya os hablamos en otro blog empezó a llamarse en ocasiones el Viejo Mastruco. Cuando volvimos al ruedo, decidimos llamarlo Mastruko, no sólo al Maestro, sino al mundo del juego. Y de ahí Mastruko Legends.
Historia tonta donde las haya, pero oye, qué risas y que bien que lo pasamos con la cutrepicidad de los hechos de este mundo que hemos creado.
Por cierto, hay un fotógrafo nórdico que se apellida Mastruko. Queremos ser su amigo. Ojalá vea al menos el título de Mastruko Legends y se imagine que desde aquí contamos sus leyendas nórdicas como berserker fotógrafo.
¡Sganda Praleña!