Capítulo 21: Sistema de defensa

Mientras comían, Sakoto explicó a Neoh la situación actual de Raus. También le habló sobre sí mismo, sus entrenamientos, su trayectoria vital, su vuelta a la civilización y demás detalles de su vida. Después de charlar durante un rato, el Soniquete le hizo una pregunta:

—Maestro, antes ha dicho que no sé quién soy en realidad, y ha dicho una palabra que no había escuchado antes, Hitani o algo así.

—Hikari —corrigió Neoh—. Sí, me extraña que desconozcas algo tan importante. Supongo que en vuestra cultura no es algo que siquiera se mencione. De hecho, no es muy conocido entre los mastrukianos. Sólo se habla del tema en ciertas escuelas relacionadas con el aprendizaje y uso del ki. Por cierto, tutéame, llámame Neoh, no soy maestro de nadie.

—Está bien, Neoh. ¿Qué es un Hikari?

—Para que puedas comprender qué es un Hikari primero debes conocer la naturaleza del ki y qué es la lucha entre la Luz y la Oscuridad.

» La Luz y la Oscuridad se interrelacionan constantemente creando y destruyendo mundos y universos a cada instante. En el mundo de Mastruko siempre han existido seres que han estado en uno u otro bando, e incluso en los dos. La Luz trae la vida, la armonía, la paz, la integridad. La Oscuridad trae consigo la muerte cruel, la destrucción, el caos, el envilecimiento de todos los seres…

» Los seres supremos que rigen y procuran la armonía del mundo son los Niumas, los dioses. Y los viles demonios, o como son llamados en las enseñanzas antiguas, los Thurkum, como Khargis, son los Daños de Mastruko, pues arrastran a toda criatura hacia el sufrimiento y la destrucción sin límite.

—No sabía nada de esto.

—Esta es la gran batalla eterna que determina los destinos de todos los mastrukianos.

» Hace eones, cuando las razas que ahora habitan Mastruko apenas caminaban sobre la tierra, el mundo era uno solo. Niumas, mastrukianos y Thurkum compartían mundo. Pero una gran guerra se inició entre Niumas y Thurkum.

» Ambas fuerzas estaban muy igualadas, pero hubo un momento en el que los Niumas estaban siendo superados por el Enemigo.

» Además, la guerra estaba provocando graves consecuencias en las almas del resto de mastrukianos. Las emanaciones tanto de Niumas como de Thurkum se entremezclaron en el interior del resto de los seres y por este motivo todos, independientemente de la especie a la que pertenezcamos, tenemos tendencias tanto hacia la Luz como hacia la Oscuridad.

—Nunca había escuchado esto. ¿Cómo terminó la guerra?

—Los Niumas, al estar cada vez más acorralados, tomaron una decisión que cambió el mundo para siempre.

» Decidieron dividir el mundo en tres partes. Usaron todo su poder para provocar la transformación de Mastruko.

» Primero, crearon una dimensión en la que encerraron a los Thurkum, que ahora es llamado Makai, aislándolos por completo del resto de los mastrukianos. Después hicieron lo mismo para ellos, creando Niumahem, el Reino de los Dioses, no tan aislado de Mastruko, ya que, como te he dicho, los Niumas rigen los procesos del mundo, sus leyes naturales, su armonía.

—Deben ser poderosísimos.

—Así terminó la guerra, pero los mastrukianos quedaron impregnados por las influencias de los Thurkum. Hay seres, como Nalehom y otros muchos sobre Mastruko, que los idolatran, además de perseguir sus mismos objetivos.

—Y si los Thurkum están encerrados en esa dimensión, ¿cómo Khargis pudo entrar a Mastruko?

—A veces, hay Thurkum que consiguen tal poder que son capaces de traspasar dimensiones y materializarse. En otras ocasiones, un brujo con el suficiente poder puede invocar a uno de estos demonios.

—Entonces, ¿Nalehom invocó a Khargis?

—Qué va, si Nalehom no sería capaz de invocar a un demonio mediano. No, Khargis vino por sus propios medios. Su poder era demoledor. Aún lo recuerdo.

—¿Estuvo en la guerra?

—Claro, en aquel tiempo yo pertenecía a la Orden del Ki y estuvimos batallando en Aveluon contra los demonios de Khargis. Nunca me enfrenté a él directamente, ya que en aquella época el único que podía plantarle cara era Ryumah, tu hermano.

—Ahora que mencionas a mi hermano, ¿qué tienen que ver los Hikari en todo esto?

—Los Niumas, previendo que los Thurkum aparecerían de nuevo, aunque no fuera con la misma fuerza, decidieron tomar medidas preventivas contra los Oscuros. El ki no solo es energía; es vida, es espíritu, es inteligencia pura. Así que «instalaron» en el ki de Mastruko un sistema de defensa que se «activaría» cuando las vibraciones de la Oscuridad crecieran demasiado. Este sistema de defensa son los Hikari, los Guardianes de la Luz.

La revelación de Neoh dejó profundamente impactado a Sakoto. Él, sin saberlo, era un Hikari. Su razón de ser era la protección de Mastruko. Pensar en los veinte años aislado en el bosque le enfureció.

También recordó a sus padres, Solira y Batún, y cayó en la cuenta de que en realidad no eran de la misma sangre, sino que los cuatro hermanos habían sido adoptados y cuidados por ellos, o algo parecido. Eso significaba que quizá sus progenitores sí sabían algo sobre la naturaleza de los cuatro Hikari, pero por alguna razón lo guardaron en secreto hasta el final de sus días, sucedidas durante el inicio de la Gran Guerra.

 Neoh siguió hablando.

—Décadas antes de que Khargis y otros Thurkum aparecieran, el ki «activó» sus defensas como prevención por lo que pudiera suceder.

—Entonces, ¿la razón de mi existencia es Khargis? —Sakoto se sentía confundido.

—No. La razón de tu existencia es la protección de Mastruko. Los Hikari son necesarios para salvaguardar la paz y armonía de los mastrukianos.

» Pero los Hikari no son los únicos defensores de Mastruko, obviamente. La Orden del Ki, los Caballeros de la Constelación, la Orden del Dragón y otros tantos héroes que hay por todo el mundo también luchan por la Luz.

—¿Y cómo sabes todo esto?

—Forma parte de las enseñanzas de la Orden del Ki.

—Ya… A todo esto, ¿qué opinas del Viejo Mastruko?

—No lo conocí en persona, pero dicen que era un buen maestro. Quizá cierto tipo de conocimientos le hubieran ido bien para enseñar mejor, pero dicen que era un tipo honesto.

—Era el más grande. Si hubiera sido más joven seguro que hubiese sobrevivido a la destrucción de Tarrakron.

—Puede ser, Sakoto. Pero, aunque sea duro, ahora hay que mirar al presente y trabajar por el futuro.

Sakoto guardó silencio unos instantes y preguntó:

—¿Vas a entrenarme?

—Sí. Nunca me he metido en el asunto de Nalehom porque apenas es un conflicto local, pero la aparición de Trokkolo Grogui y la tuya cambia el panorama. Además, un Hikari debe estar preparado para defender Mastruko, y tú no lo estás.

—Muchas gracias, Neoh —inclinó la cabeza con reverencia—. Tengo muchas preguntas más que hacerte, pero quizá lo mejor sea ponerse en marcha ya, ¿no?

—Tal cual, vamos a empezar.

***

Rage llegó a las casetas de la Sección de Incursión. Bajó del todoterreno. En la puerta de la caseta principal, usada como sala de reuniones, había dos soldados sentados tomando cerveza y vestidos con ropa civil. El sargento se acercó y preguntó:

—¿Es esta la Sección de Incursión?

—No lo sé, no te entiendo —dijo uno de los soldados con soberbia. Rage comenzó a poner mala cara y entró a la caseta.

Cuando entró, se encontró a un grupo de soldados bebiendo y jugando al billar mientras escuchaban música. El ambiente era despreocupado y ocioso. Los soldados miraron unos instantes a Rage y luego volvieron a atender a la mesa de billar.

Rage apagó la radio. Justo en ese momento entraron los soldados que había fuera y uno de ellos la volvió a encender. Rage agarró la radio y la lanzó por los aires. Uno de los soldados tuvo que apartarse para no ser golpeado por ella; se estampó en la pared y se hizo añicos. A continuación, el sargento, andando hacia los soldados, dijo:

—Soy el sargento Mick Rage. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y ¡he chafado más huevos! —pateó una papelera y la basura, la mayoría latas de cerveza, se desparramó—, que todos vosotros juntos, capullos.

» Bien, el Mayor Kulbert me ha dado el mando de la Sección de Incursión.

—No nos hace falta para nada —dijo uno de ellos, que llevaba gafas de sol.  

—Os voy a hacer falta hasta para acordaros de vuestro nombre, os lo aseguro.

—Sí, seguro… —dijo otro soldado.

—¡Vosotros no me impresionáis! —Rage desenfundó su pistola y pegó un tiro a la bola negra del billar. La bola se movió y se metió dentro de uno de los huecos de la mesa.

Un tercer soldado se acercó y dijo:

—La Sección de Incursión es cojonuda.

Rage agarró de la nariz a ese soldado y le dijo mirándole con furia:

—Si os habéis creído, subnormales, que vais a poder escurrir el bulto porque Pocapest era un mierda a punto de jubilarse y que pasaba de todo, ¡os habéis equivocado! —soltó la nariz del soldado y le empujó contra una silla. —¡Vais a comenzar a comportaros como soldados ahora mismo!

—¿A qué ha venido aquí? —preguntó el soldado con gafas de sol.

—Te lo voy a decir: hago esto porque me muero por joderos la vida, capullos. Y porque no quiero que me vuelen la cabeza cuando el enemigo me apunte con su rifle. ¿Comprendéis?

—Sí, señor —respondió un soldado con temor.

—También estoy aquí para comunicaros —prosiguió el Soniquete— que la vida tal y como la conocíais ha terminado.

» Más vale que os vayáis al pueblo esta noche a reíros y a hacer el gilipollas, porque mañana a las seis de la mañana vuestros culos serán míos.

Mientras caminaba hacia la puerta de la caseta para marcharse, avisó con contundencia:

—Bueno, capullos, nos vemos mañana.

Y se marchó. El soldado con gafas de sol comentó:

—Ha tenido suerte de que no me cabree porque le hubiera pegado una paliza.

—Habrá que hacer algo con ese sargento Rage —dijo el que le había cogido de la nariz.

—Esperaremos a que Yute salga del calabozo para que lo muela a palos —comentó otro.

—¡Sí, Yute! —exclamó otro. —Le arrancará la cabeza y se cagará en ella.

Todos empezaron a corear el nombre de «Yute», deseosos de deshacerse de Rage.

***

Para los prisioneros de Piter Mata, como era obvio, todos los días eran más o menos iguales. Encima no tenían ventanas, pero al menos sí luz artificial. Biticli, Runewa, Juantello y Xiv estaban contando chistes.

—¿Cuál es el café más peligroso del mundo? El ex-preso —contó Juantello.

—Qué malo —dijo Runewa. —Que tengan más chicha, caray. ¿Qué hay que hacer si un soldado de Nalehom te tira una granada? Cogerla, quitarle la anilla y tirársela a él.

Hubo alguna leve carcajada entre el público.

—A ver qué os parece este —dijo Biticli—. Se muere Nester Log y un soldado le dice a otro: «¿Sabes que el general se ha muerto?», y el su compañero le responde: «sí, pero quisiera saber quién fue el que falleció con él». Y el otro le contesta: «¿Por qué dices que murió otra persona?», y aquel le dice: «¿No leíste la noticia en el diario? “… y con él se fue un gran soldado”.

Todos rieron a carcajadas. Xiv quiso intervenir.

—No estrrrán mal vuestrrrosss chistress, perrro los mutantinos tenemosss mucho arrrte para essso. ¿Cuál es la planta que más asusssta? El bam-¡buuuu!

***

Llegó la noche. Rage fue a casa de Clam y Scarlet, en la que estaban ellos dos, el resto de Los Bujías y Badai. Celebraron el reencuentro con una buena cena preparada por Pepelu. Estuvieron poniéndose al día de todo lo acontecido en los últimos meses. También recordaron los viejos tiempos.

Durante la velada, Rage preguntó a Clam sobre la situación con La Praleña de la Niebla.

—¿De dónde ha salido el Mayor Kulbert? —preguntó Rage.

—Cuando te destinaron a Tarrakron hace quince años, aquí hubo muchos cambios —comentó Clam. —Había una parte importante de La Praleña que nos culpaba por haber sido conquistados por Nalehom a pesar de haber ganado la guerra.  

—Eso no tenía ningún sentido —dijo Pepelu.

—La cuestión es que nos apartaron de las posiciones de mando —prosiguió Clam. —Fue nombrado como general mayor de La Praleña Pixflog Matau, un tipo que no pegó ni un tiro en la guerra y que ni siquiera defendió un metro de terreno rausense cuando Nalehom atacó.

» Los X-tremoduros fueron expulsados del cuerpo y a Los Bujías nos «permitieron» seguir trabajando en operaciones especiales, gracias a Scarlet, hay que decir.

—Solo dije las cosas claras —comentó Scarlet. —Convencí a Matau de que necesitaba personal veterano por lo que pudiera pasar, y como nuestra labor siempre había sido reconocida, accedió. Es un payaso.

—Joder —dijo Rage. —Y entonces Matau eligió a gente cercana a él para dirigir a las nuevas tropas, ¿no?

—Sí, y eso bajó mucho el nivel de nuestras milicias —afirmó Clam. — De ahí salen tipos como Kulbert, la poca motivación de los soldados —no solo sucede en tu sección—, la mierda de instrucción que se hace ahora… Tenemos un grave problema.

—¿Y Pikolov qué dice de todo esto? —preguntó Rage.

—Piensa igual que nosotros, que así nunca venceremos a Nalehom —dijo Scarlet.

—La suerte es que al menos hay un comandante que a veces sirve de tope para que Matau, Kulbert y su círculo cercano no estropeen más las cosas —dijo Pepelu.

—¿Quién es? — preguntó Rage.

—Ray Dox.

—Vaya, el que abrió paso a Ryumah en la Batalla de Balámbur —dijo Rage—. No lo he conocido personalmente, pero tengo buenas referencias sobre él.

—Es un tipo cabal y además siempre va con Pico Stud y Wolfer Snipes—dijo Scarlet. —Eran conocidos como Vértice Zurrasper.

—Cambiando de tema, ¿algún nuevo fichaje para Los Bujías? —preguntó Rage.

—Sí, está en periodo de pruebas, es joven —respondió Pepelu.

—Es Bram Logan, el hermano de Ryumah, Varoku y Sakoto.

—No me sorprende —dijo Rage—. Llevan la jarana en la sangre.

—¿No os parece raro que los cuatro hermanos no compartan apellido? —planteó Scarlet.

—Sí, es curioso, pero no tengo ni idea. Apenas conocí a Ryumah y Varoku en su día.

» Bueno, el reencuentro es agradable, pero me voy, que mañana tengo que meterles caña a esos mocosos.

Todos se retiraron a descansar, pues a partir del día siguiente comenzaría un duro entrenamiento.

CONTINUARÁ…

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